
Poco importa que el Madrid consiga remontar en el Bernabéu, si es que lo logra. Ni eso debería servir de alivio. Es fundamental que haya consecuencias y no será malo que la mancha acompañe por un tiempo a todos cuantos provocaron el rubor, empezando por el técnico, absolutamente insustancial en la táctica y en la motivación. Tampoco se debería escapar, por supuesto, la dirección técnica, que ha certificado como competente una plantilla que está muy lejos de la excelencia pretendida.

Cuánto debe influir la mala suerte en el fútbol para que jugadores como Borja, Ernesto o Mora pasen sus días en Segunda B y cuánto la buena para que otros, sin mayores talentos, hagan carrera en el mundo del lujo y la purpurina.
Borja consiguió el primero del Alcorcón y el quinto en su cuenta particular con el Madrid. La jugada fue un prodigio de osadía: girarse, buscar y marcar. Muy poco después Arbeloa marcó en propia puerta y no pasó mucho tiempo antes de que Ernesto lograra el tercero: internada por banda de Cascón y asistencia con lazo.
No negaré que el Madrid, con nueve internacionales sobre el campo, llegó unas cuantas veces, pero fueron las migajas que pelean los ratones.
Tan alentador fue el discurso de Pellegrini en el descanso que Borja marcó el cuarto a los seis minutos de la reanudación. En los 39 siguientes el Madrid, militarmente concentrado desde el lunes, fue incapaz de meter la pelota en la portería del Alcorcón. Si ya no pudo contar con Guti en ese empeño es porque el genio ciclotímico estaba decidido a expulsarse, incómodo ante la plebe sublevada.
GUASA

Sin comentarios picha, muy triste, ya te dije que este Madrid no me decía nada, pero nunca me haces caso, así no vamos a ningún sitio. Un abrazo.
ResponderEliminar