lunes, 1 de junio de 2009

2-1: Por fin se acabó la temporada.




En el lado madridista, lo mejor del Osasuna-Real Madrid fue la imagen mostrada por los blancos, que cerraron la temporada recuperando el mismo espíritu que les llevó a estar diecisiete jornadas consecutivas sin conocer la derrota: trabajo y constancia. A ello se sumó otro gol de Higuaín, su decimosegundo en esta Liga, lo que le corona como máximo artillero del equipo. En el lado rojillo no podía haber mejor noticia que la permanencia. La victoria de los hombres de José Antonio Camacho aseguró la presencia del equipo en Primera el próximo curso y la grada lo celebró como merecía. La Liga 08-09 echa el cierre hasta el próximo mes de agosto, cuando las ilusiones y los objetivos volverán a partir de cero.


El Reyno de Navarra tiñó sus gradas de rojo. Nadie quiso faltar a la cita con un equipo que se jugaba nada menos que la permanencia en Primera División. Desde el minuto inicial, el partido estuvo cargado de tensión. Los blancos se jugaban mucho menos que sus colegas, pero el objetivo de cerrar la temporada con victoria contaba tanto como un puesto de Champions, el mismo que los madridistas tenían asegurado desde hace semanas.


Tras unos minutos de estudio mutuo al rival, fue Osasuna el primero en llegar al área defendida por Casillas. La necesidad apremiaba. Puñal primero, y Juanfran después, colgaban desde la derecha dos centros que se estrellaban en los guantes de Iker. Mucho más efectivos fueron los madridistas, que hicieron sangre en su primera llegada con peligro. Gran pase de Lass a Higuaín que el argentino, tras un recorte perfecto a Monreal dentro del área, cruza magistralmente al segundo palo para adelantar al Real Madrid en el electrónico (11’) y sumar una nueva diana (22) en su cuenta particular. Osasuna tenía entonces un pie y medio en Segunda, pero los de Camacho no se vinieron ni mucho menos abajo.


El gol de los blancos fue casi un revulsivo para los locales y el empate no se hizo de rogar. Cumplido el primer cuarto de hora, Casillas no llega a un derechazo al primer palo de Plasil, que desde la frontal del área marcaba el 1-1 al mismo tiempo que devolvía la esperanza a los navarros. Mientras la grada reaccionaba con cada gol que cantaban los transistores en otros tres campos de Primera, Osasuna y Real Madrid no cambiaban sus ideas sobre el verde. Juanfran mandaba fuera un mal rechace de Van der Vaart (19’), Nekounam remataba sin éxito un pase de Plasil (21’) y enfrente Raúl enganchaba un balón en la media luna del área pero la jugada acababa en corner (27’). Un pelotazo de Nekounam que Marcelo sacó bajo palos levantó a la afición de sus asientos para mandar a ambos equipos a vestuarios.


La reanudación comenzaba con un disparo de Marcelo que se marchaba fuera por alto, pero apenas cinco minutos después los blancos se quedaban con un hombre menos tras la rigurosa expulsión de Michel Salgado. El colegiado estimó que el madridista había derribado a Plasil y no lo dudó. Último defensor y ocasión manifiesta de gol. Roja directa. Pero no llegó el gol en la ejecución de esa falta, sino en la que poco después colgaba Plasil desde la banda derecha. Metzelder despejaba de cabeza el centro del checo y el balón caía en las botas de Juanfran, que sin dejarla caer empalmaba con una magistral volea y provocaba el éxtasis en el Reyno de Navarra (60’). El Real Madrid no le perdió nunca la cara al encuentro, pero la obligación de los rojillos les empujaba arriba cada vez con más facilidad.


Juande Ramos movía banquillo y Gary se marchaba para compartir con Tébar el dulce sabor del debut (60’). Buen papel de ambos canteranos, que formaron pareja con Metzelder en el centro de la zaga. En la media hora restante fue Osasuna quien se adueñó de un partido que no podía dejar escapar si la temporada que viene quería seguir militando en Primera. Masoud, Plasil y Nekouman probaron suerte una y otra vez y aunque finalmente el electrónico no vio aumentar el 2-1, la grada y el equipo celebraron por todo lo alto la salvación.




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