
Lejos de plantear un partido trabado, el Deportivo dejó llevar el peso del encuentro a un Real Madrid que se encontraba a sus anchas en el ida y vuelta que se veía sobre el césped. No es de extrañar, por tanto, que las primeras ocasiones corrieran a cargo de los visitantes. Todas ellas en tiros lejanos de Xabi Alonso (5’), Benzema –espectacular volea desde la frontal- (6’) y Guti (7’). El Deportivo, por su parte, lo intentaba con centros que no encontraban rematador.
El empeño visitante tuvo su recompensa y un saque de esquina sin aparente peligro se convirtió en el primer gol de los madridistas. Kaká cedía a Guti y su posterior centro terminó en una concatenación de toques de cabeza –hasta cuatro consecutivos-, el último de ellos de Granero, que estuvo más listo que nadie y aprovechó la desidia de la defensa local para llevar el balón a la red (13’). Tenía que ser ‘El pirata’ quien desembarcara en el área para poner la primera piedra en la conquista de un territorio que hasta ahora parecía invencible. La jugada, pese a no ser de bella factura, reflejaba lo que se podía observar sobre el verde de Riazor.
El tanto de Granero no cambió el guión de un partido que el Real Madrid manejaba a su antojo. No en vano, las ocasiones seguían llegando. Hasta siete, dos de ellas claras con Raúl como protagonista –no acertó a rematar un pase de la muerte de Benzema en la primera (19’) y Aranzubia estuvo enorme en la segunda (21’)-, se pudieron contabilizar antes de la jugada del partido. Fue un contraataque perfecto, de esos que se guardan en vídeo para enseñarlo en las escuelas de fútbol. Lo inició Casillas, lo continuó Kaká, Guti puso la magia y Benzema la rubrica (40’).

El Deportivo empujó hasta el final; el Madrid siguió disfrutando de ocasiones
La segunda mitad se inició como concluyó la primera: con claras ocasiones visitantes. Ambas corrieron a cargo de Kaká, pero el brasileño no acertó a batir a un inspirado Aranzubia (47’ y 54’). Coincidiendo con la sustitución de Valerón por Iván Pérez llegó el esperado empuje local. El Deportivo, amparándose en el incesante apoyo de su público, luchaba, presionaba, lo intentaba en disparos lejanos y se desesperaba ante la seguridad defensiva de un equipo que se ha mostrado imbatido en 12 de los 20 encuentros que ha disputado en la Liga.
Riki, criado en la cantera del Real Madrid, redujo distancias al convertir una pena máxima cometida por Ramos (85’). Ya era demasiado tarde. El Real Madrid había logrado imponer su fútbol en Riazor con un equipo basado en el producto nacional. La asistencia de Arbeloa a Benzema en el tercero de la noche lo refrendó (90’).
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