El Real Madrid saltó al césped de San Mamés con la posibilidad de colocarse líder de Primera, al menos provisionalmente. Para lograrlo, la principal novedad en el once de Pellegrini fue el tridente formado por Cristiano Ronaldo, Benzema y Kaká, además de los regresos de Lass y Ramos. Para cumplir con las expectativas marcadas, el duelo en La Catedral no pudo empezar con mayor intensidad: dos palos del Athletic (Gurpegui y Toquero) en el marco defendido por Casillas. Eso en el primer minuto. En el segundo llegaba el gol tras un saque de esquina ejecutado por Yeste que Lass peina atrás, donde Llorente, en boca de gol, no perdona de cabeza. Inicio fulgurante de los leones, aunque en los 93 minutos restantes, las mejores ocasiones ya serían para el Madrid.
El Athletic ejecutaba una presión tremenda, pero apenas le duraba el balón en los pies. Mientras, el Real Madrid se hacía dueño del esférico, pero las ocasiones no se convertían en oro. La primera, un disparo de Benzema que desbarataba Iraizoz (7’). Los madridistas presionaban sin descanso al mismo ritmo que Xabi Alonso lo bordaba en el centro del campo, jugando casi siempre al primer toque y apoderándose de la manija madridista. Precisamente una falta ejecutada por el guipuzcoano estuvo a punto de convertirse en el empate en la cabeza de Cristiano Ronaldo (19’).
Unas cuantas más tuvo el portugués en la primera mitad, pero dicen las estadísticas que, a excepción del Sevilla, ningún equipo le ha metido al Athletic un gol en la primera mitad. Rozando la media hora, Iraizoz despejaba un remate de Cristiano (a centro de Ramos) y el esférico hacía una extraña parábola que a punto estuvo de colarlo en la portería rojiblanca. En el 31’ volvía a intentarlo el pichichi blanco, esta vez desde lejos. Pero aún estaba por llegar la mejor ocasión del primer tiempo, que nació en las botas de Kaká. El brasileño sirvió un espléndido pase a Benzema, que le pegó bien en el desmarque, pero el esférico golpeó en el interior del palo y se ahogó en las manos de Iraizoz. Descanso en desventaja en San Mamés.
La reanudación comenzó sin cambios en la intensidad del encuentro y la fuerza de ambos equipos. Poco tardó Manuel Pellegrini en hacer el primer cambio y dar entrada a Guti por Marcelo (59’). Mientras Cristiano Ronaldo seguía a lo suyo, admirablemente empecinado en marcar el empate de su equipo. Otra vez solo ante Iriaizoz, el delantero estrellaba su remate en el guardameta del Athletic, que se convirtió en héroe de los leones (60’). No en vano, el guardameta desbarataba también poco después un lanzamiento de falta de Guti. Y como no hay dos sin tres, un remate de Kaká desde la frontal también se estrellaba en los puños del cancerbero, que detenía en dos tiempos. El Athletic seguía manteniendo el tipo y, sobre todo, el resultado.
Tanto iba el cántaro a la fuente, que por justicia tenía que acabar llegando el gol del Real Madrid… Pero no lo hizo en la magnífica combinación entre Cristiano y Kaká en la que el brasileño perdonó y el esférico se marchó fuera rozando el larguero (71’). Para entonces Granero ya había sustituido a Lass y Raúl no tardaría en entrar por Benzema. Ni lo hizo tampoco cuando Kaká volvió a la carga rozando el poste (82’), ni con los remates de Ramos y Raúl, que se marcharon fuera… Ni siquiera con la inagotable insistencia de Cristiano, que volvió a colocar la mirilla en Iraizoz en dos ocasiones más… No, no llegó un gol más que merecido para un Real Madrid que se dejó los tres puntos en San Mamés, al mismo tiempo que se dejó también toda la raza, la fuerza y el ahínco en busca de la victoria.
El Athletic ejecutaba una presión tremenda, pero apenas le duraba el balón en los pies. Mientras, el Real Madrid se hacía dueño del esférico, pero las ocasiones no se convertían en oro. La primera, un disparo de Benzema que desbarataba Iraizoz (7’). Los madridistas presionaban sin descanso al mismo ritmo que Xabi Alonso lo bordaba en el centro del campo, jugando casi siempre al primer toque y apoderándose de la manija madridista. Precisamente una falta ejecutada por el guipuzcoano estuvo a punto de convertirse en el empate en la cabeza de Cristiano Ronaldo (19’).
Unas cuantas más tuvo el portugués en la primera mitad, pero dicen las estadísticas que, a excepción del Sevilla, ningún equipo le ha metido al Athletic un gol en la primera mitad. Rozando la media hora, Iraizoz despejaba un remate de Cristiano (a centro de Ramos) y el esférico hacía una extraña parábola que a punto estuvo de colarlo en la portería rojiblanca. En el 31’ volvía a intentarlo el pichichi blanco, esta vez desde lejos. Pero aún estaba por llegar la mejor ocasión del primer tiempo, que nació en las botas de Kaká. El brasileño sirvió un espléndido pase a Benzema, que le pegó bien en el desmarque, pero el esférico golpeó en el interior del palo y se ahogó en las manos de Iraizoz. Descanso en desventaja en San Mamés.
La reanudación comenzó sin cambios en la intensidad del encuentro y la fuerza de ambos equipos. Poco tardó Manuel Pellegrini en hacer el primer cambio y dar entrada a Guti por Marcelo (59’). Mientras Cristiano Ronaldo seguía a lo suyo, admirablemente empecinado en marcar el empate de su equipo. Otra vez solo ante Iriaizoz, el delantero estrellaba su remate en el guardameta del Athletic, que se convirtió en héroe de los leones (60’). No en vano, el guardameta desbarataba también poco después un lanzamiento de falta de Guti. Y como no hay dos sin tres, un remate de Kaká desde la frontal también se estrellaba en los puños del cancerbero, que detenía en dos tiempos. El Athletic seguía manteniendo el tipo y, sobre todo, el resultado.
Tanto iba el cántaro a la fuente, que por justicia tenía que acabar llegando el gol del Real Madrid… Pero no lo hizo en la magnífica combinación entre Cristiano y Kaká en la que el brasileño perdonó y el esférico se marchó fuera rozando el larguero (71’). Para entonces Granero ya había sustituido a Lass y Raúl no tardaría en entrar por Benzema. Ni lo hizo tampoco cuando Kaká volvió a la carga rozando el poste (82’), ni con los remates de Ramos y Raúl, que se marcharon fuera… Ni siquiera con la inagotable insistencia de Cristiano, que volvió a colocar la mirilla en Iraizoz en dos ocasiones más… No, no llegó un gol más que merecido para un Real Madrid que se dejó los tres puntos en San Mamés, al mismo tiempo que se dejó también toda la raza, la fuerza y el ahínco en busca de la victoria.
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