2 - 0: El Real Madrid derrite al Mallorca bajo la nieve.

Las ganas que demostró Cristiano Ronaldo nada más pitarse el inicio del partido, al realizar un sprint de 50 metros para presionar la salida de balón, reflejaban muy a las claras la motivación con la que afrontaba el Real Madrid el encuentro ante el Mallorca. Más si cabe con la vuelta de Kaká al once inicial –estuvo cerca de marcar en dos ocasiones-. Tanto el centrocampista brasileño como Gago fueron las novedades en la alineación que dispuso Pellegrini.


Decía que el Real Madrid salió con ganas, con la intención de manejar el partido y adecuarlo a sus intereses a base de una asfixiante presión y constantes toques de balón para llegar al marco contrario. Se puede decir que los blancos gustaron tanto cuando atacaban –llegaban a posiciones claras de remate tras superar con inteligencia el férreo sistema de Manzano- como cuando defendían –la zaga achicó a la perfección y con un generoso esfuerzo de todos-. Por ello no es de extrañar que en uno de esos monólogos locales de toque de balón se adelantasen los madridistas en el marcador. Sólo necesitaron siete minutos para ello. Exactamente los mismos que tardó Higuaín, escorado a la derecha, en recibir un gran pase de Kaká, recortar hacia dentro y realizar un espléndido golpeo con la izquierda ante el que nada pudo hacer el cancerbero visitante Aouate. Si acaso admirar la trayectoria de un esférico que se coló por la escuadra que defendía.


No sólo cayeron copos de nieve en la gélida tarde que vivió la capital de España. También las ocasiones locales ante las que nada pudo hacer el cuarto clasificado de la Liga. Hasta seis muy claras se pudieron contabilizar en el primer acto. Cabe reseñar dos de ellas. Un mano a mano de Kaká en el que tras una gran pared con Cristiano –el portugués devolvió al balón de espaldas- no acertó a batir al meta visitante (22’). El tanto de la tranquilidad también estuvo en las botas del nueve madridista, pero tras un espléndido control su remate se marchó desviado (38’).


El merecido tanto de la tranquilidad llegó nada más empezar el segundo acto. Higuaín controló en la derecha, levantó la cabeza y centró de forma precisa para que Granero llevase el balón a la red tras enganchar una fenomenal volea en el segundo palo (49’). El canterano –había sustituido al lesionado Van der Vaart a los 20 minutos- celebraba el segundo tanto local llevándose la mano al escudo.


El Real Madrid, lejos de conformarse con este corto resultado a tenor de lo visto sobre el césped, siguió percutando sobre la portería rival con un plausible hambre de gol. Las ocasiones se sucedían, por tanto. Cristiano, escorado, remató fuera (53’). El portugués tampocó acertó un boca de gol (87’), ni antes, previamente, Higuaín (63’) y Kaká (54’). E incluso Granero trataba de llevar el segundo tanto a su cuenta particular con un remate franco en la frontal que obligó a sacar una mano prodigiosa al portero visitante (59’). Estas fueron las ocasiones más claras de los blancos, por lo que el 2-0 puede resultar corto.