El Mallorca se llevó los tres puntos del Santiago Bernabéu evitando que el Real Madrid se despidiese de su afición con victoria en un encuentro en el que no había nada en juego. Higuaín adelantaba a los locales celebrando, de esta forma, su centena de encuentros con la elástica blanca. Pero Arango, antes del descanso, y Cléber Santana y Keita, ya en el segundo acto, dieron la vuelta al marcador en un partido que será siempre recordado por el amor eterno que se profesaron mutuamente la afición madridista y Fabio Cannavaro. Vuelve a su país natal uno de los mejores defensas del mundo. ¡Hasta siempre, Fabio!.
El Real Madrid se despedía de su afición ante el Mallorca en un encuentro en el que estaba garantizado el espectáculo debido a que ambos conjuntos saltaron al césped del feudo merengue con los deberes hechos: la segunda plaza en el caso de los locales y la permanencia en el de los visitantes. La vuelta de un incisivo Marcelo al lateral zurdo fue la principal novedad en el once que disponía sobre el césped Juande Ramos.
Los madridistas salieron mandones, dispuestos a despedir con victoria a su afición. No en vano, fueron los blancos los primeros en golpear. Higuaín recibe en el área, encara a su marca y su posterior centro golpea en Ramis siendo finalmente despejado por el cancerbero Moyá (12’). Era sólo el primer aviso del argentino, el futbolista más peligroso de los blancos. No perdonó en la segunda ocasión e Higuaín llevó el esférico a la red de espectacular remate de cabeza tras una precisa falta botada desde la izquierda por Van der Vaart (19’). Un tanto que suponía el vigésimoprimero en su debe particular en Liga celebrando de la mejor forma posible la centena de partidos con la elástica blanca. El argentino estuvo cerca incluso de marcar el segundo de su equipo dos minutos después en una bonita vaselina que culminaba una jugada individual plena de potencia. Su disparo rozó el larguero de la meta defendida por Moyá.
El Mallorca, por su parte, venía dispuesto a demostrar sus credenciales, esas cualidades que le hicieron ascender de forma meteórica desde el pozo de la clasificación hasta la salvación de forma matemática con varias jornadas de antelación. Fue Aduriz el que recibió en la medular, combinó con el canterano blanco Jurado y la pared entre ambos terminó en los pies de Arango para batir a placer a Casillas en el mano a mano (25’). El venezolano enjugaba la ventaja local inicial pero Higuaín parecía dispuesto a reclamar el protagonismo en su partido número 100 como madridista. El argentino estuvo cerca de adelantar a los blancos en un mano a mano que acertó a despejar Moyá (31’) e incluso asistió a Raúl en boca de gol. El posterior remate del capitán se estrelló en el cuerpo del cancerbero visitante (40’).
Llegó el momento más esperado. Pasados nueve minutos desde que el colegiado decretase la reanudación del segundo acto, Fabio Cannavaro fue sustituido por Javi García –Parejo hacía lo propio con Huntelaar-. La ovación fue atronadora y el futbolista que heredase tres años atrás el cinco de Zidane agradeció el detalle con diversos gestos en los que manifestaba claramente el cariño que procesa a una parroquia madridista que llevará siempre guardada en una maleta que parte ahora de vuelta hacía su Italia natal. Se marcha un futbolista con un Mundial a sus espaldas y un merecido Balón de Oro entre otros títulos significativos.
Cléber Santana (58’) y Keita (71’) se sumaron a la fiesta de Cannavaro con dos potentes disparos –espectacular la jugada previa del brasileño- ante los que nada pudo hacer Casillas. Pero eso ya es historia, los aficionados blancos recordarán este encuentro por el día en el que se dijo adiós a Cannavaro, la fecha en la que el Santiago Bernabéu se rindió a los pies de uno de los mejores defensas del mundo. ¡Ciao Fabio!.
El Real Madrid se despedía de su afición ante el Mallorca en un encuentro en el que estaba garantizado el espectáculo debido a que ambos conjuntos saltaron al césped del feudo merengue con los deberes hechos: la segunda plaza en el caso de los locales y la permanencia en el de los visitantes. La vuelta de un incisivo Marcelo al lateral zurdo fue la principal novedad en el once que disponía sobre el césped Juande Ramos.
Los madridistas salieron mandones, dispuestos a despedir con victoria a su afición. No en vano, fueron los blancos los primeros en golpear. Higuaín recibe en el área, encara a su marca y su posterior centro golpea en Ramis siendo finalmente despejado por el cancerbero Moyá (12’). Era sólo el primer aviso del argentino, el futbolista más peligroso de los blancos. No perdonó en la segunda ocasión e Higuaín llevó el esférico a la red de espectacular remate de cabeza tras una precisa falta botada desde la izquierda por Van der Vaart (19’). Un tanto que suponía el vigésimoprimero en su debe particular en Liga celebrando de la mejor forma posible la centena de partidos con la elástica blanca. El argentino estuvo cerca incluso de marcar el segundo de su equipo dos minutos después en una bonita vaselina que culminaba una jugada individual plena de potencia. Su disparo rozó el larguero de la meta defendida por Moyá.
El Mallorca, por su parte, venía dispuesto a demostrar sus credenciales, esas cualidades que le hicieron ascender de forma meteórica desde el pozo de la clasificación hasta la salvación de forma matemática con varias jornadas de antelación. Fue Aduriz el que recibió en la medular, combinó con el canterano blanco Jurado y la pared entre ambos terminó en los pies de Arango para batir a placer a Casillas en el mano a mano (25’). El venezolano enjugaba la ventaja local inicial pero Higuaín parecía dispuesto a reclamar el protagonismo en su partido número 100 como madridista. El argentino estuvo cerca de adelantar a los blancos en un mano a mano que acertó a despejar Moyá (31’) e incluso asistió a Raúl en boca de gol. El posterior remate del capitán se estrelló en el cuerpo del cancerbero visitante (40’).
Llegó el momento más esperado. Pasados nueve minutos desde que el colegiado decretase la reanudación del segundo acto, Fabio Cannavaro fue sustituido por Javi García –Parejo hacía lo propio con Huntelaar-. La ovación fue atronadora y el futbolista que heredase tres años atrás el cinco de Zidane agradeció el detalle con diversos gestos en los que manifestaba claramente el cariño que procesa a una parroquia madridista que llevará siempre guardada en una maleta que parte ahora de vuelta hacía su Italia natal. Se marcha un futbolista con un Mundial a sus espaldas y un merecido Balón de Oro entre otros títulos significativos.
Cléber Santana (58’) y Keita (71’) se sumaron a la fiesta de Cannavaro con dos potentes disparos –espectacular la jugada previa del brasileño- ante los que nada pudo hacer Casillas. Pero eso ya es historia, los aficionados blancos recordarán este encuentro por el día en el que se dijo adiós a Cannavaro, la fecha en la que el Santiago Bernabéu se rindió a los pies de uno de los mejores defensas del mundo. ¡Ciao Fabio!.
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