El Real Madrid salió lanzado a por la victoria. Sin freno. Y al minuto uno ya había creado la primera ocasión. Marcelo da el pase de la muerte a Ronaldo dentro del área y éste envía por encima del larguero. El Málaga, algo sobreexcitado por su agónica situación, respondía con un disparo de Duda que rechazaba Casillas. Los locales tiraron de brusquedad y de cierto juego duro. Especialmente con Cristiano, al que intentaron sacar de quicio desde el inicio. El portugués supo aguantar de manera estoica los continuos golpes de los jugadores del Málaga. Entonces apareció la figura de Duda, para, en una buena combinación de los Muñiz, batir por bajo a Casillas y hacer el 1-0. Minuto siete de partido. Una vez más, al Real Madrid le tocaba remar cuesta arriba.
El once de Pellegrini acusó el mazazo del gol durante algunos minutos. El partido se volvió loco y fueron llegando las ocasiones. Higuaín la tuvo en el 16’ pero su disparo desde la frontal se marchó desviado. Ese ritmo vertiginoso, de ida y vuelta no le venía bien al Real Madrid que aún así seguía acumulando ocasiones. En el 24’ balón colgado de Ramos y remate de cabeza de CR9 que envía Munúa a córner. En el minuto 29 una espectacular chilena de Van der Vaart, que volvía al once tras superar su lesión, se marchó por muy poco. El Málaga, realizaba un despliegue físico extraordinario para mantener a raya a los blancos. La victoria les salvaba del descenso y defendían el 1-0 con uñas y dientes y con todo tipo de triquiñuelas para ganarle tiempo al partido.
Los blancos buscaban el gol una y otra vez, pero unas veces Munúa, y otras, la mala puntería, lo impedían. Así se llegaba al descanso. La segunda mitad continuó con más de lo mismo. Al minuto, Marcelo estuvo a punto de empatar el partido, pero Munúa volvió a salvar a los locales. El gol era cuestión de tiempo. Esta vez fue Van der Vaart quién hizo de desatascador con un tanto lleno de clase. El holandés recibió dentro del área, se giró y batió por bajo al meta del Málaga. 1-1. Minuto 48. El Madrid ponía rápido el balón en el centro del campo para no perder tiempo. Un gesto que demostraba bien a las claras que los blancos iban en busca de la victoria.
Pellegrini tiró de banquillo y quitó a Gago para dar entrada a Guti buscando más poder ofensivo y mayor fluidez en la circulación. Con el madrileño en el campo, las ocasiones seguían llegando para el Real Madrid, pero Munúa, inconmensurable, salvaba una y otra vez a su equipo. El técnico chileno quemó su última baza y metió en el campo a Benzema sustituyendo a Granero. Quedaban 20 minutos y el gol de triunfo no llegaba. Precisamente, el delantero francés tuvo el segundo en sus botas por dos veces pero una vez más el meta uruguayo salvó la situación para desespero de los jugadores madridistas. El Málaga, al que el empate le valía para mantenerse en Primera un año más gracias a los demás marcadores, se agarraba al resultado esperando el pitido final. Ya en el descuento, Duda fue expulsado y así, se llegaba al pitido final para alegría de La Rosaleda.
El once de Pellegrini acusó el mazazo del gol durante algunos minutos. El partido se volvió loco y fueron llegando las ocasiones. Higuaín la tuvo en el 16’ pero su disparo desde la frontal se marchó desviado. Ese ritmo vertiginoso, de ida y vuelta no le venía bien al Real Madrid que aún así seguía acumulando ocasiones. En el 24’ balón colgado de Ramos y remate de cabeza de CR9 que envía Munúa a córner. En el minuto 29 una espectacular chilena de Van der Vaart, que volvía al once tras superar su lesión, se marchó por muy poco. El Málaga, realizaba un despliegue físico extraordinario para mantener a raya a los blancos. La victoria les salvaba del descenso y defendían el 1-0 con uñas y dientes y con todo tipo de triquiñuelas para ganarle tiempo al partido.
Los blancos buscaban el gol una y otra vez, pero unas veces Munúa, y otras, la mala puntería, lo impedían. Así se llegaba al descanso. La segunda mitad continuó con más de lo mismo. Al minuto, Marcelo estuvo a punto de empatar el partido, pero Munúa volvió a salvar a los locales. El gol era cuestión de tiempo. Esta vez fue Van der Vaart quién hizo de desatascador con un tanto lleno de clase. El holandés recibió dentro del área, se giró y batió por bajo al meta del Málaga. 1-1. Minuto 48. El Madrid ponía rápido el balón en el centro del campo para no perder tiempo. Un gesto que demostraba bien a las claras que los blancos iban en busca de la victoria.
Pellegrini tiró de banquillo y quitó a Gago para dar entrada a Guti buscando más poder ofensivo y mayor fluidez en la circulación. Con el madrileño en el campo, las ocasiones seguían llegando para el Real Madrid, pero Munúa, inconmensurable, salvaba una y otra vez a su equipo. El técnico chileno quemó su última baza y metió en el campo a Benzema sustituyendo a Granero. Quedaban 20 minutos y el gol de triunfo no llegaba. Precisamente, el delantero francés tuvo el segundo en sus botas por dos veces pero una vez más el meta uruguayo salvó la situación para desespero de los jugadores madridistas. El Málaga, al que el empate le valía para mantenerse en Primera un año más gracias a los demás marcadores, se agarraba al resultado esperando el pitido final. Ya en el descuento, Duda fue expulsado y así, se llegaba al pitido final para alegría de La Rosaleda.
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