Sólo valía la victoria ante Osasuna y el partido no se pudo poner peor para el Real Madrid desde el inicio. A los siete minutos, Aranda marcaba en jugada personal tras un fallo en el despeje de Albiol. 0-1 y tocaba remar contracorriente. No quedaba otra. Y el once de Pellegrini se aplicaba en la tarea. A los catorce minutos, un sensacional remate de cabeza de Cristiano salía rozando el palo de la meta defendida por Ricardo. Un minuto después, jugada personal de Kaká y el remate de Xabi era sacado con apuros por la defensa navarra. El Bernabéu rugió y animó a los suyos en busca del empate. Kaká, que reaparecía en el Bernabéu, casi lo consigue en el 22’ con un gran cabezazo pero Ricardo despejó a córner en una buena intervención.
Que llegase el empate era cuestión de tiempo. El tiempo de Cristiano Ronaldo. Balón que coge el portugués en medio campo, se marcha en velocidad, llega a la frontal del área y derechazo que se cuela sin remisión en la meta de Osasuna. Golazo ‘made in’ CR9. Minuto 24 y 1-1 en el marcador, primera parte del trabajo conseguido. Faltaba lo más difícil: Ganar
Pudo adelantarse el Real Madrid en el minuto 34 tras un jugadón espectacular entre Kaká y Cristiano que culminó con un disparo de Granero, que ayer recuperaba titularidad, que se marchó fuera por muy poco. Eso sí, los blancos no mostraban su contundencia habitual en defensa y Osasuna volvía a sacar provecho de ello. Balón al área de Casillas que nadie acierta a despejar y zapatazo de Vadocz que se cuela en la portería del Real Madrid- 1-2. Minuto 43.
Pero este Real Madrid ha dado muestras a lo largo del año de su capacidad de reacción y de orgullo propio. Un minuto después, Marcelo remataba de cabeza al fondo de la portería un preciso centro de Esteban Granero. 2-2 y vuelta a empezar. Así se llegaba al descanso.
La segunda parte comenzó como acabó la primera, con un Madrid lanzado sobre la portería de Ricardo. Higuaín, a los 30 segundos, avisó con un disparó que taponó la defensa rojilla. Preludio de lo que estaba por llegar. En los primeros cinco minutos, el Real Madrid creó tres claras ocasiones de gol. Dos de Cristiano, que sacó Ricardo con apuros, y otra de Granero que se marchó por muy poco. Osasuna se defendía como podía e intentaba salir a la contra por medio de un habilidoso Camuñas y de un motivado Aranda, que metían en problemas una y otra vez a la defensa blanca.
El equipo creaba ocasiones pero el gol no llegaba. Marcelo tuvo la más clara, pero una vez más, Ricardo sacaba el balón para desespero del brasileño. Quedaban 15 minutos para el final y el Real Madrid tocó a arrebato.
El empate no valía en la lucha por la Liga. La victoria se antojaba imprescindible. El Santiago Bernabéu se dio cuenta de lo que se jugaba el equipo y se volcó. Seguían llegando las ocasiones, esta vez era Guti al que el balón se le marchaba alto.
A falta de cinco minutos, el canterano Juanfran saltó al césped. Debutaba con el Real Madrid y Pellegrini le sacó al campo como último revulsivo. Y entonces… apareció de nuevo Cristiano Ronaldo para marcar con la cabeza en el último minuto de partido. El Real Madrid estalló de júbilo y la afición blanca estalló de euforia. 3-2 y el pulso por la Liga sigue vivo. Ya en el descuento, el portugués estrelló un balón en el palo para delirio del público que se dio cita en el estadio madridista. El delantero suma ya 22 goles en Liga y su voracidad cara a portería no conoce límites. El objetivo de los 98 puntos, cada más cerca.
Que llegase el empate era cuestión de tiempo. El tiempo de Cristiano Ronaldo. Balón que coge el portugués en medio campo, se marcha en velocidad, llega a la frontal del área y derechazo que se cuela sin remisión en la meta de Osasuna. Golazo ‘made in’ CR9. Minuto 24 y 1-1 en el marcador, primera parte del trabajo conseguido. Faltaba lo más difícil: Ganar
Pudo adelantarse el Real Madrid en el minuto 34 tras un jugadón espectacular entre Kaká y Cristiano que culminó con un disparo de Granero, que ayer recuperaba titularidad, que se marchó fuera por muy poco. Eso sí, los blancos no mostraban su contundencia habitual en defensa y Osasuna volvía a sacar provecho de ello. Balón al área de Casillas que nadie acierta a despejar y zapatazo de Vadocz que se cuela en la portería del Real Madrid- 1-2. Minuto 43.
Pero este Real Madrid ha dado muestras a lo largo del año de su capacidad de reacción y de orgullo propio. Un minuto después, Marcelo remataba de cabeza al fondo de la portería un preciso centro de Esteban Granero. 2-2 y vuelta a empezar. Así se llegaba al descanso.
La segunda parte comenzó como acabó la primera, con un Madrid lanzado sobre la portería de Ricardo. Higuaín, a los 30 segundos, avisó con un disparó que taponó la defensa rojilla. Preludio de lo que estaba por llegar. En los primeros cinco minutos, el Real Madrid creó tres claras ocasiones de gol. Dos de Cristiano, que sacó Ricardo con apuros, y otra de Granero que se marchó por muy poco. Osasuna se defendía como podía e intentaba salir a la contra por medio de un habilidoso Camuñas y de un motivado Aranda, que metían en problemas una y otra vez a la defensa blanca.
El equipo creaba ocasiones pero el gol no llegaba. Marcelo tuvo la más clara, pero una vez más, Ricardo sacaba el balón para desespero del brasileño. Quedaban 15 minutos para el final y el Real Madrid tocó a arrebato.
El empate no valía en la lucha por la Liga. La victoria se antojaba imprescindible. El Santiago Bernabéu se dio cuenta de lo que se jugaba el equipo y se volcó. Seguían llegando las ocasiones, esta vez era Guti al que el balón se le marchaba alto.
A falta de cinco minutos, el canterano Juanfran saltó al césped. Debutaba con el Real Madrid y Pellegrini le sacó al campo como último revulsivo. Y entonces… apareció de nuevo Cristiano Ronaldo para marcar con la cabeza en el último minuto de partido. El Real Madrid estalló de júbilo y la afición blanca estalló de euforia. 3-2 y el pulso por la Liga sigue vivo. Ya en el descuento, el portugués estrelló un balón en el palo para delirio del público que se dio cita en el estadio madridista. El delantero suma ya 22 goles en Liga y su voracidad cara a portería no conoce límites. El objetivo de los 98 puntos, cada más cerca.
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