A Sergio Ramos (Camas, 1986) se le ilumina literalmente la cara cuando franquea la puerta y se topa con su ídolo: Paolo Maldini (Milán, 1968). El 4 madridista queda como en éxtasis, como si acabara de presenciar una aparición. La ‘normalidad’ del italiano, el auténtico antidivo, hace que en pocos segundos comiencen a charlar de tú a tú, como si se conocieran de toda la vida. De la hora de charla sacamos una conclusión: Paolo ve en él a su posible heredero.
SERGIO RAMOS: ¡Hola, Paolo, gracias por venir, es un placer conocerte! ¡Te lo digo de corazón!
PAOLO MALDINI: Encantado, Sergio, lo mismo digo. Aunque no nos conocíamos en persona, te sigo desde que fichaste por el Real Madrid. Sé que eres un gran defensa y que te gusta ir para arriba siempre que puedes. Recuerdo que Fabio Cannavaro me ha comentado en más de una ocasión que ser defensa en España es muy complicado, porque todos se van para adelante, al ataque. Es algo que en Italia siempre nos ha llamado la atención de la Liga española, jugar allí tiene que ser un placer, pero también sé que resulta bastante complicado para un defensa. Pero Sergio tiene mucho carácter, es un futbolista de raza y eso es bueno. [Ramos se ruboriza ante los halagos de su ídolo].
EDUARDO INDA: Se ha abierto un debate en España sobre la demarcación en la que Sergio Ramos puede rendir más y explotar todas sus cualidades: de central o de lateral. ¿Dónde se encuentra más cómodo Sergio?
S.R.: De central. Estás mas cómodo, tienes más contacto con el balón. Me gusta más, sí. Pero también depende del sistema, porque ahora mismo en el Real Madrid los laterales tenemos las bandas libres para subir. En cualquier caso, yo juego donde me diga el míster. Pellegrini es el que decide sobre eso.
P.M.: Te voy a decir una cosa, Sergio: yo también empecé de lateral, con la misma mentalidad que demuestras tú, y luego pasé a jugar de central. También es verdad que la posición de central te exige menos físicamente, y cuando van pasando los años tienes que tener en cuenta ese aspecto porque es fundamental.
E.I.: ¿Y dónde cree Maldini que puede sacar más partido a sus características Sergio?
P.M.: Ahora mismo creo que debería jugar de central, pero en una defensa que esté bien organizada, sincronizada. He visto por televisión partidos del Madrid y a veces defienden en individual, y así resulta más difícil.
E.I.: También depende de si recibes ayudas por delante, porque si no es más complicado defender, ya que te llegan los rivales con mucha más facilidad.
P.M.: Sé de qué estás hablando porque eso me pasó a mí en los últimos años en el Milan, no tenía a nadie por delante que me ayudase. Sólo cuando tenía que dar el balón en las transiciones al ataque, pero luego me hacían muchos dos contra uno y ahí estaba vendido. Era difícil.
S.R.: Sí, pasa mucho, ¿verdad, Paolo? De todas formas, en Italia juegan con las dos líneas más pegadas y tienen más ayudas.
P.M.: Bueno, Sergio, en el Milan no hay tantas ayudas, no te creas, ¿eh? [risas]. En el de hace muchos años sí, en el nuestro todos estábamos pendientes del de al lado. Pero ahora ya no.
E.I.: ¿Y qué le parecía Maldini como jugador a Sergio Ramos? Tengo entendido que ha sido su ídolo de siempre, desde pequeño. ¿Le gustaría poder llegar a ser algún día como él?
S.R.: [Hace una exclamación y se ríe] Bueno, no es que me gustaría, es que lo firmaba ahora mismo. Paolo Maldini es mi ídolo. Es un referente, un ejemplo para todos los futbolistas, es un mito. Ojalá mi nombre pueda perdurar algún día como el de Maldini. Con que me recuerden con la mitad del respeto, la admiración y el cariño con el que te habla de Maldini cualquier futbolista que ha tenido la suerte de coincidir con él en un campo, yo me daría por satisfecho. Recuerdo que de pequeño, allá en Sevilla, mi padre y mi hermano me lo ponían siempre como ejemplo, me decían que viese vídeos de sus partidos. Maldini será recordado por todos. Es muy grande. Mucho.
P.M.: Vale, vale, Sergio. Para ya, hombre, que me estoy ruborizando con lo que dices [se ríen a carcajadas los dos].
S.R.: No lo digo por decir. Es que es verdad, la pura verdad.
E.I.: Paolo, ¿cree que Sergio puede ser en el Real Madrid tan grande como usted en el Milan? ¿Puede llegar a ser su sucesor?
P.M.: Claro que sí, ¿por qué no? Sergio lo tiene todo: tiene velocidad, potencia, técnica y juega en un grande, como hacía yo en el Milan. El Madrid es como el Milan, tiene historia, palmarés, tradición y equipo. Sergio tiene todas las condiciones para triunfar allí, además es joven y tiene tiempo. No veo ningún problema para que lo consiga.
E.I.: ¿Y qué consejos le da a Sergio para que llegue tan alto?
P.M.: Sólo puedo decirle que yo aprendía todos los días algo. Tengas la edad que tengas y por muchos títulos que hayas ganado, tienes que pensar en mejorar siempre, en crecer como futbolista cada día [lo dice mirando a los ojos a Ramos, que asiente impresionado]. Después, la personalidad llega con el tiempo. Saber colocarte, dosificarte, mandar en el campo… Eso son cosas que vas a ir ganando con los años y los partidos. Pero siempre debes querer mejorar, superarte. Nunca te des por satisfecho, Sergio.
CARLOS CARPIO: Que te respeten las lesiones es otro aspecto importante. Sergio tuvo mala suerte en eso la temporada pasada y su rendimiento bajó bastante por jugar en varias ocasiones con molestias o incluso infiltrado.
P.M.: Por supuesto, eso también es verdad, pero las lesiones no las puedes controlar, no depende de ti. Sergio, ¿qué te pasó, estuviste muy fastidiado?
S.R: Sí, y lo malo es que fueron muchos partidos… Luego tuve problemas en el pubis y después me lesioné el tendón. En esos tres meses que estuve parado tuve tiempo para fortalecer la zona y ahora me encuentro bien. Lo que pasa es que ahora todo el mundo me quiere poner de central, pero yo juego donde me diga el míster. No tengo problema.
P.M.: Yo el primer año jugué de lateral, después de central, y al final volví otra vez al lateral.
C.C.: ¿Y no descentra tanto cambio de posición? ¿No impide al futbolista adquirir los automatismos necesarios para el puesto, sea de central o de lateral?
P.M.: Bueno, a mí me gustaba jugar en las dos posiciones. Me sentía pletórico de forma, con mucha fuerza, porque entrenábamos como animales y veía que podía con toda la banda, para atacar y defender. Es muy diferente a jugar en el centro de la defensa. También he jugado de lateral derecho. Menos de portero, la verdad es que he hecho de todo en el fútbol [risas].
S.R.: Yo también he jugado de lateral izquierdo. Fue contra el Barcelona. Messi entraba por la derecha, me mandaron ahí para taparle y allí que me fui.
C.C.: Esa polivalencia es una cualidad que los entrenadores valoran mucho en un futbolista.
S.R.: Sí, eso es verdad. Yo me adapto a donde me pongan.
P.M.: Tenéis razón, pero hay que reconocer que es complicado jugar a banda cambiada, igual que también cambia un poco ser central derecho o izquierdo. Cada puesto tiene sus matices, sus pequeños trucos.
C.C.: Paolo, ¿ha cambiado mucho el fútbol desde que empezó usted respecto al de ahora?
P.M.: Sí, muchísimo. El fútbol actual es muy diferente al de finales de los 80 o principios de los 90. Ahora los equipos son más fuertes físicamente, aunque aquel Milan de Sacchi y Capello ya trabajaba mucho en ese aspecto. Todo el equipo tenía un nivel físico altísimo. Era impresionante. Y con Van Basten, Gullit, Rijkaard y los otros tampoco nos faltaba calidad técnica, ¿no?
C.C.: Aquel equipo revolucionó el fútbol, no se ha visto a nadie defender con la coordinación con que lo hacía aquel Milan. ¿Es cierto que en los entrenamientos Sacchi les colocaba a los cuatro defensas y enfrente atacaba todo un equipo? Lo ha contado Baresi hace poco, decía que atacaban diecisiete futbolistas. Me parecen muchos, ¿no?
P.M.: Todo lo que dice Baresi es verdad [risas]. Bueno, en realidad debo reconocer que eran 10, no 17, pero nunca nos hicieron un gol durante los cinco primeros minutos de partido. Luego ya reventábamos. Y los 10 eran muy buenos, no eran unos cualquiera. Aquellos partidillos eran tremendos, una paliza.
C.C.: Tassotti-Baresi-Costacurta-Maldini. Los aficionados al fútbol recitan de carrerilla esa defensa. Cuatro futbolistas que se movían como uno solo.
P.M.: Tiene razón. Pero detrás de eso hay mucho trabajo, muchísimo. Les voy a contar una anécdota: hace un año nos juntamos para jugar un partido amistoso y lo que ocurrió fue increíble, no me lo esperaba. Nos metimos los cuatro en el campo y nos colocamos perfecto, como siempre. No lo habíamos hablado antes, ni estaba ensayado. Salió sin pensarlo, como si no hubiera pasado el tiempo. Ahí estaba Baresi, bien plantado, serio y muy concentrado, como siempre. No habla nunca, ¿saben? Ni una palabra. Nada. Ahí estaba Franco con su silbido para dar órdenes. Y los otros tres sabíamos lo que teníamos que hacer. Mauro, Alessandro y yo le mirábamos y nos seguíamos entendiendo con la mirada después de tantos años, no hacía falta hablar. Era como si se hubiera parado el tiempo. Fue alucinante.
C.C.: Qué maravilla. Esa compenetración tan absoluta ya no se ve, ahora hay más despistes.
P.M.: Pues no hay más secreto que trabajar y trabajar. Eso no sale por inspiración. La clave de esa coordinación era la enorme cantidad de entrenamientos que hacíamos. Eran entrenamientos muy duros, muy duros.
E.I.: ¿En qué medida influyó el Milan Lab en esos éxitos?
P.M.: El Milan Lab nació hace 10 años, no, creo que más. Es muy importante para el entrenamiento y para prevenir lesiones. Es complicado evitar las lesiones, porque además de entrenarse y fortalecerse es también cuestión de suerte [cruza los dedos y sonríe]. Empezamos a entrenarnos de forma individual, primero solos y luego juntos. Yo no tengo las características físicas de Gatusso, por ejemplo, así que necesito un trabajo específico distinto.
E.I.: ¿Y cómo se trabaja actualmente en el Madrid, Sergio?
S.R.: Bueno, es igual a como cuenta Paolo. Antes no teníamos esos avances, pero ahora con el Madrid TEC sí y la verdad es que es muy importante de cara a la recuperación y el descanso.
P.M.: El trabajo después del partido también es clave, Sergio. Nosotros corríamos siempre después de un partido. Ahora al día siguiente se hace trabajo de fuerza y la verdad es que para mis piernas me vino mucho mejor.
S.R.: Nosotros no. El día después soltamos las piernas, estiramos, trotamos...
P.M.: Pues tenéis que probarlo, porque te aseguro que funciona.
S.R.: Y tanto que funciona, si tú lo dices... Con cinco Champions en el bolsillo habrá que hacerte caso y entrenar como tú digas, lo tengo claro [se ríen los dos].
P.M.: ¡Y ocho finales!, ¿eh? Que no se te olviden, que ésas también cuentan [más risas].
S.R.: [Se le escapa un silbido de admiración] ¡Madre mía, cinco Champions y ocho finales!Yo lo firmaba ahora mismo. Sin duda.
C.C.: Seguro que también firmaba lograr la mitad, ¿no?
S.R.: También, también. Fijo.
P.M.: ¿Cuántos años tienes ahora mismo, Sergio?
S.R.: ¿Yo? 23, pero creo que tengo tiempo aún por delante, ¿no?
P.M.: Claro. Yo mi primera Copa de Europa la gané con 20 años. En mi caso lo bueno es que gané los títulos de forma repartida a lo largo de los más de 20 años de carrera, y eso me ha dado mucho. Eso es muy importante, porque significa que te has mantenido en la élite durante toda tu carrera. La verdad es que estoy orgulloso de eso, lo reconozco.
C.C.: ¿Cuáles se le han quedado más grabados, Paolo, los primeros títulos que ganó o los últimos?
P.M.: Quizá los últimos, ya como capitán. En los primeros era más joven, tenía otra mentalidad y no lo saboreas tanto como cuando sabes que se acerca el final de tu carrera. Levantar una Champions como capitán es algo muy grande.
E.I.: Hablando de capitanes, Sergio ya es el cuarto capitán en el Real Madrid y puede ser el primero en pocos años. ¿Qué consejos le daría Maldini para llevar un vestuario como ese?
P.M.: Ser capitán en un equipo tan grande como el Milan o el Real Madrid es complicado, no es fácil. Yo tuve el ejemplo de Baresi, que no hablaba mucho. En eso yo era bastante diferente, me gustaba más hablar con los compañeros, dialogar, saber su opinión de cualquier cosa que afectase al equipo. De todas formas eso te lo da el tiempo, pero lo más importante es darlo todo en la cancha, en los entrenamientos, ser un ejemplo con tu comportamiento dentro y fuera del campo. Eso es lo verdaderamente importante, y para eso no hace falta hablar mucho, sino dar ejemplo. Hay que hablar cuando la situación lo requiere, claro. Pero hay que hablar con tus compañeros, Sergio, no con la prensa [se ríen los dos].
S.R.: No, si yo no hablo mucho con los periodistas. Será por eso que luego me dan tantos palos en los periódicos y en las radios [risas].
P.M.: A mí también me criticó la prensa en su momento. Bajé el ritmo algunos años, como tú, también tuve problemas físicos, una pubalgia, dolores en el talón… Recuerdo que todos decían que se acabó el fútbol de élite para mí. ¡Y sólo tenía 20 años!
S.R.: Y mira dónde has llegado y lo que has ganado... ¡Es increíble que te quisieran retirar!
E.I.: ¿Se llevaría Paolo Maldini a Sergio Ramos al Milan?
P.M.: ¡Hombre, claro! No tengo ninguna duda.
E.I.: ¿Y usted se iría, Sergio?
S.R.: El Milan es un grande, sin duda, pero yo estoy contento en el Real Madrid. Tengo un contrato largo —tres años más— y muchas ganas de seguir creciendo aquí. Lo que tenga que venir, vendrá. Este club me ha enseñado mucho, pero nunca se sabe. Si tengo que retirarme en el Milan, lo haría encantado.
P.M.: Pues te estaremos esperando, Sergio. No lo dudes.
SERGIO RAMOS: ¡Hola, Paolo, gracias por venir, es un placer conocerte! ¡Te lo digo de corazón!
PAOLO MALDINI: Encantado, Sergio, lo mismo digo. Aunque no nos conocíamos en persona, te sigo desde que fichaste por el Real Madrid. Sé que eres un gran defensa y que te gusta ir para arriba siempre que puedes. Recuerdo que Fabio Cannavaro me ha comentado en más de una ocasión que ser defensa en España es muy complicado, porque todos se van para adelante, al ataque. Es algo que en Italia siempre nos ha llamado la atención de la Liga española, jugar allí tiene que ser un placer, pero también sé que resulta bastante complicado para un defensa. Pero Sergio tiene mucho carácter, es un futbolista de raza y eso es bueno. [Ramos se ruboriza ante los halagos de su ídolo].
EDUARDO INDA: Se ha abierto un debate en España sobre la demarcación en la que Sergio Ramos puede rendir más y explotar todas sus cualidades: de central o de lateral. ¿Dónde se encuentra más cómodo Sergio?
S.R.: De central. Estás mas cómodo, tienes más contacto con el balón. Me gusta más, sí. Pero también depende del sistema, porque ahora mismo en el Real Madrid los laterales tenemos las bandas libres para subir. En cualquier caso, yo juego donde me diga el míster. Pellegrini es el que decide sobre eso.
P.M.: Te voy a decir una cosa, Sergio: yo también empecé de lateral, con la misma mentalidad que demuestras tú, y luego pasé a jugar de central. También es verdad que la posición de central te exige menos físicamente, y cuando van pasando los años tienes que tener en cuenta ese aspecto porque es fundamental.
E.I.: ¿Y dónde cree Maldini que puede sacar más partido a sus características Sergio?
P.M.: Ahora mismo creo que debería jugar de central, pero en una defensa que esté bien organizada, sincronizada. He visto por televisión partidos del Madrid y a veces defienden en individual, y así resulta más difícil.
E.I.: También depende de si recibes ayudas por delante, porque si no es más complicado defender, ya que te llegan los rivales con mucha más facilidad.
P.M.: Sé de qué estás hablando porque eso me pasó a mí en los últimos años en el Milan, no tenía a nadie por delante que me ayudase. Sólo cuando tenía que dar el balón en las transiciones al ataque, pero luego me hacían muchos dos contra uno y ahí estaba vendido. Era difícil.
S.R.: Sí, pasa mucho, ¿verdad, Paolo? De todas formas, en Italia juegan con las dos líneas más pegadas y tienen más ayudas.
P.M.: Bueno, Sergio, en el Milan no hay tantas ayudas, no te creas, ¿eh? [risas]. En el de hace muchos años sí, en el nuestro todos estábamos pendientes del de al lado. Pero ahora ya no.
E.I.: ¿Y qué le parecía Maldini como jugador a Sergio Ramos? Tengo entendido que ha sido su ídolo de siempre, desde pequeño. ¿Le gustaría poder llegar a ser algún día como él?
S.R.: [Hace una exclamación y se ríe] Bueno, no es que me gustaría, es que lo firmaba ahora mismo. Paolo Maldini es mi ídolo. Es un referente, un ejemplo para todos los futbolistas, es un mito. Ojalá mi nombre pueda perdurar algún día como el de Maldini. Con que me recuerden con la mitad del respeto, la admiración y el cariño con el que te habla de Maldini cualquier futbolista que ha tenido la suerte de coincidir con él en un campo, yo me daría por satisfecho. Recuerdo que de pequeño, allá en Sevilla, mi padre y mi hermano me lo ponían siempre como ejemplo, me decían que viese vídeos de sus partidos. Maldini será recordado por todos. Es muy grande. Mucho.
P.M.: Vale, vale, Sergio. Para ya, hombre, que me estoy ruborizando con lo que dices [se ríen a carcajadas los dos].
S.R.: No lo digo por decir. Es que es verdad, la pura verdad.
E.I.: Paolo, ¿cree que Sergio puede ser en el Real Madrid tan grande como usted en el Milan? ¿Puede llegar a ser su sucesor?
P.M.: Claro que sí, ¿por qué no? Sergio lo tiene todo: tiene velocidad, potencia, técnica y juega en un grande, como hacía yo en el Milan. El Madrid es como el Milan, tiene historia, palmarés, tradición y equipo. Sergio tiene todas las condiciones para triunfar allí, además es joven y tiene tiempo. No veo ningún problema para que lo consiga.
E.I.: ¿Y qué consejos le da a Sergio para que llegue tan alto?
P.M.: Sólo puedo decirle que yo aprendía todos los días algo. Tengas la edad que tengas y por muchos títulos que hayas ganado, tienes que pensar en mejorar siempre, en crecer como futbolista cada día [lo dice mirando a los ojos a Ramos, que asiente impresionado]. Después, la personalidad llega con el tiempo. Saber colocarte, dosificarte, mandar en el campo… Eso son cosas que vas a ir ganando con los años y los partidos. Pero siempre debes querer mejorar, superarte. Nunca te des por satisfecho, Sergio.
CARLOS CARPIO: Que te respeten las lesiones es otro aspecto importante. Sergio tuvo mala suerte en eso la temporada pasada y su rendimiento bajó bastante por jugar en varias ocasiones con molestias o incluso infiltrado.
P.M.: Por supuesto, eso también es verdad, pero las lesiones no las puedes controlar, no depende de ti. Sergio, ¿qué te pasó, estuviste muy fastidiado?
S.R: Sí, y lo malo es que fueron muchos partidos… Luego tuve problemas en el pubis y después me lesioné el tendón. En esos tres meses que estuve parado tuve tiempo para fortalecer la zona y ahora me encuentro bien. Lo que pasa es que ahora todo el mundo me quiere poner de central, pero yo juego donde me diga el míster. No tengo problema.
P.M.: Yo el primer año jugué de lateral, después de central, y al final volví otra vez al lateral.
C.C.: ¿Y no descentra tanto cambio de posición? ¿No impide al futbolista adquirir los automatismos necesarios para el puesto, sea de central o de lateral?
P.M.: Bueno, a mí me gustaba jugar en las dos posiciones. Me sentía pletórico de forma, con mucha fuerza, porque entrenábamos como animales y veía que podía con toda la banda, para atacar y defender. Es muy diferente a jugar en el centro de la defensa. También he jugado de lateral derecho. Menos de portero, la verdad es que he hecho de todo en el fútbol [risas].
S.R.: Yo también he jugado de lateral izquierdo. Fue contra el Barcelona. Messi entraba por la derecha, me mandaron ahí para taparle y allí que me fui.
C.C.: Esa polivalencia es una cualidad que los entrenadores valoran mucho en un futbolista.
S.R.: Sí, eso es verdad. Yo me adapto a donde me pongan.
P.M.: Tenéis razón, pero hay que reconocer que es complicado jugar a banda cambiada, igual que también cambia un poco ser central derecho o izquierdo. Cada puesto tiene sus matices, sus pequeños trucos.
C.C.: Paolo, ¿ha cambiado mucho el fútbol desde que empezó usted respecto al de ahora?
P.M.: Sí, muchísimo. El fútbol actual es muy diferente al de finales de los 80 o principios de los 90. Ahora los equipos son más fuertes físicamente, aunque aquel Milan de Sacchi y Capello ya trabajaba mucho en ese aspecto. Todo el equipo tenía un nivel físico altísimo. Era impresionante. Y con Van Basten, Gullit, Rijkaard y los otros tampoco nos faltaba calidad técnica, ¿no?
C.C.: Aquel equipo revolucionó el fútbol, no se ha visto a nadie defender con la coordinación con que lo hacía aquel Milan. ¿Es cierto que en los entrenamientos Sacchi les colocaba a los cuatro defensas y enfrente atacaba todo un equipo? Lo ha contado Baresi hace poco, decía que atacaban diecisiete futbolistas. Me parecen muchos, ¿no?
P.M.: Todo lo que dice Baresi es verdad [risas]. Bueno, en realidad debo reconocer que eran 10, no 17, pero nunca nos hicieron un gol durante los cinco primeros minutos de partido. Luego ya reventábamos. Y los 10 eran muy buenos, no eran unos cualquiera. Aquellos partidillos eran tremendos, una paliza.
C.C.: Tassotti-Baresi-Costacurta-Maldini. Los aficionados al fútbol recitan de carrerilla esa defensa. Cuatro futbolistas que se movían como uno solo.
P.M.: Tiene razón. Pero detrás de eso hay mucho trabajo, muchísimo. Les voy a contar una anécdota: hace un año nos juntamos para jugar un partido amistoso y lo que ocurrió fue increíble, no me lo esperaba. Nos metimos los cuatro en el campo y nos colocamos perfecto, como siempre. No lo habíamos hablado antes, ni estaba ensayado. Salió sin pensarlo, como si no hubiera pasado el tiempo. Ahí estaba Baresi, bien plantado, serio y muy concentrado, como siempre. No habla nunca, ¿saben? Ni una palabra. Nada. Ahí estaba Franco con su silbido para dar órdenes. Y los otros tres sabíamos lo que teníamos que hacer. Mauro, Alessandro y yo le mirábamos y nos seguíamos entendiendo con la mirada después de tantos años, no hacía falta hablar. Era como si se hubiera parado el tiempo. Fue alucinante.
C.C.: Qué maravilla. Esa compenetración tan absoluta ya no se ve, ahora hay más despistes.
P.M.: Pues no hay más secreto que trabajar y trabajar. Eso no sale por inspiración. La clave de esa coordinación era la enorme cantidad de entrenamientos que hacíamos. Eran entrenamientos muy duros, muy duros.
E.I.: ¿En qué medida influyó el Milan Lab en esos éxitos?
P.M.: El Milan Lab nació hace 10 años, no, creo que más. Es muy importante para el entrenamiento y para prevenir lesiones. Es complicado evitar las lesiones, porque además de entrenarse y fortalecerse es también cuestión de suerte [cruza los dedos y sonríe]. Empezamos a entrenarnos de forma individual, primero solos y luego juntos. Yo no tengo las características físicas de Gatusso, por ejemplo, así que necesito un trabajo específico distinto.
E.I.: ¿Y cómo se trabaja actualmente en el Madrid, Sergio?
S.R.: Bueno, es igual a como cuenta Paolo. Antes no teníamos esos avances, pero ahora con el Madrid TEC sí y la verdad es que es muy importante de cara a la recuperación y el descanso.
P.M.: El trabajo después del partido también es clave, Sergio. Nosotros corríamos siempre después de un partido. Ahora al día siguiente se hace trabajo de fuerza y la verdad es que para mis piernas me vino mucho mejor.
S.R.: Nosotros no. El día después soltamos las piernas, estiramos, trotamos...
P.M.: Pues tenéis que probarlo, porque te aseguro que funciona.
S.R.: Y tanto que funciona, si tú lo dices... Con cinco Champions en el bolsillo habrá que hacerte caso y entrenar como tú digas, lo tengo claro [se ríen los dos].
P.M.: ¡Y ocho finales!, ¿eh? Que no se te olviden, que ésas también cuentan [más risas].
S.R.: [Se le escapa un silbido de admiración] ¡Madre mía, cinco Champions y ocho finales!Yo lo firmaba ahora mismo. Sin duda.
C.C.: Seguro que también firmaba lograr la mitad, ¿no?
S.R.: También, también. Fijo.
P.M.: ¿Cuántos años tienes ahora mismo, Sergio?
S.R.: ¿Yo? 23, pero creo que tengo tiempo aún por delante, ¿no?
P.M.: Claro. Yo mi primera Copa de Europa la gané con 20 años. En mi caso lo bueno es que gané los títulos de forma repartida a lo largo de los más de 20 años de carrera, y eso me ha dado mucho. Eso es muy importante, porque significa que te has mantenido en la élite durante toda tu carrera. La verdad es que estoy orgulloso de eso, lo reconozco.
C.C.: ¿Cuáles se le han quedado más grabados, Paolo, los primeros títulos que ganó o los últimos?
P.M.: Quizá los últimos, ya como capitán. En los primeros era más joven, tenía otra mentalidad y no lo saboreas tanto como cuando sabes que se acerca el final de tu carrera. Levantar una Champions como capitán es algo muy grande.
E.I.: Hablando de capitanes, Sergio ya es el cuarto capitán en el Real Madrid y puede ser el primero en pocos años. ¿Qué consejos le daría Maldini para llevar un vestuario como ese?
P.M.: Ser capitán en un equipo tan grande como el Milan o el Real Madrid es complicado, no es fácil. Yo tuve el ejemplo de Baresi, que no hablaba mucho. En eso yo era bastante diferente, me gustaba más hablar con los compañeros, dialogar, saber su opinión de cualquier cosa que afectase al equipo. De todas formas eso te lo da el tiempo, pero lo más importante es darlo todo en la cancha, en los entrenamientos, ser un ejemplo con tu comportamiento dentro y fuera del campo. Eso es lo verdaderamente importante, y para eso no hace falta hablar mucho, sino dar ejemplo. Hay que hablar cuando la situación lo requiere, claro. Pero hay que hablar con tus compañeros, Sergio, no con la prensa [se ríen los dos].
S.R.: No, si yo no hablo mucho con los periodistas. Será por eso que luego me dan tantos palos en los periódicos y en las radios [risas].
P.M.: A mí también me criticó la prensa en su momento. Bajé el ritmo algunos años, como tú, también tuve problemas físicos, una pubalgia, dolores en el talón… Recuerdo que todos decían que se acabó el fútbol de élite para mí. ¡Y sólo tenía 20 años!
S.R.: Y mira dónde has llegado y lo que has ganado... ¡Es increíble que te quisieran retirar!
E.I.: ¿Se llevaría Paolo Maldini a Sergio Ramos al Milan?
P.M.: ¡Hombre, claro! No tengo ninguna duda.
E.I.: ¿Y usted se iría, Sergio?
S.R.: El Milan es un grande, sin duda, pero yo estoy contento en el Real Madrid. Tengo un contrato largo —tres años más— y muchas ganas de seguir creciendo aquí. Lo que tenga que venir, vendrá. Este club me ha enseñado mucho, pero nunca se sabe. Si tengo que retirarme en el Milan, lo haría encantado.
P.M.: Pues te estaremos esperando, Sergio. No lo dudes.
Yo creo que la camiseta rosonera le sentaría más que bien, ideal para posar con ella en la semana de la moda de Milán, ¿y qué tal el azul?... El Chelsea sigue barajando nombres para reforzar su plantilla en el mercado invernal. Después de que el TAS suspendiera temporalmente la sanción de dos años sin fichar por el caso Kakuta, el equipo londinense está preparado para hacer un gran gasto en enero, y uno de los jugadores que ha salido a la palestra es el madridista Sergio Ramos.
ResponderEliminarSegún asegura hoy el diario 'Daily Star' en su edición digital, el Chelsea quiere reforzar su zaga, y ha pensado en el joven lateral madridista, aunque según la información, Carlo Ancelotti tendría la idea de utilizarlo más como pareja de John Terry.
En cuanto a la cifra que estarían dispuestos a pagar, el diario británico habla de unos 25 millones de euros.