El número uno del tenis mundial, Rafael Nadal, solventó con facilidad su partido de octavos de final del Masters 1.000 de Roma contra el sueco Robin Soderling por un abrumador 6-1 y 6-0.
Nadal se enfrentará en cuartos a su compatriota Fernando Verdasco, el rival más sólido que queda en su parte del cuadro, ya que de vencer este partido el mallorquín se enfrentaría al argentino Juan Monaco o al chileno González.
El jugador español se tomó el partido con calma desde el principio, trabajando los puntos y sin prisa por terminarlos, sabedor de que el sueco no aguantaría el peloteo. La tranquilidad llegó al punto de que Nadal necesitó 15 minutos para ganar con su saque el segundo juego, pero a partir de ese momento todo fue más fácil.
El mallorquín buscó golpes cruzados que, cuando no pasaban al sueco en la red, encontraban líneas y ángulos muy abiertos a los que Soderling no llegaba.
Al rival del número uno del mundo no se le ocurrió otra cosa que soltar el brazo para ver si lograba encadenar una buena serie de golpes ganadores.
La estratagema le sirvió al sueco sólo para alargar un poco la duración del primer set, pero no para obtener ningún resultado en el marcador, que quedó con un 6-1 a favor de Nadal.
Con el partido totalmente encauzado y un rival entregado Nadal ya sólo tuvo que dejar pasar unos minutos para ver cómo en el marcador del segundo set aparecía un 4-0 a su favor. Para los dos últimos juegos Nadal se tomó un tiempo y necesitó de una segunda bola de partido para solventar la eliminatoria a causa de un brote de amor propio del sueco.
No obstante, Soderling no logró anotar ni un sólo juego en el segundo set y cedió el partido ante un Nadal imperial que mostró sus credenciales para hacerse con el Masters de Roma por cuarta vez.
Nadal se enfrentará en cuartos a su compatriota Fernando Verdasco, el rival más sólido que queda en su parte del cuadro, ya que de vencer este partido el mallorquín se enfrentaría al argentino Juan Monaco o al chileno González.
El jugador español se tomó el partido con calma desde el principio, trabajando los puntos y sin prisa por terminarlos, sabedor de que el sueco no aguantaría el peloteo. La tranquilidad llegó al punto de que Nadal necesitó 15 minutos para ganar con su saque el segundo juego, pero a partir de ese momento todo fue más fácil.
El mallorquín buscó golpes cruzados que, cuando no pasaban al sueco en la red, encontraban líneas y ángulos muy abiertos a los que Soderling no llegaba.
Al rival del número uno del mundo no se le ocurrió otra cosa que soltar el brazo para ver si lograba encadenar una buena serie de golpes ganadores.
La estratagema le sirvió al sueco sólo para alargar un poco la duración del primer set, pero no para obtener ningún resultado en el marcador, que quedó con un 6-1 a favor de Nadal.
Con el partido totalmente encauzado y un rival entregado Nadal ya sólo tuvo que dejar pasar unos minutos para ver cómo en el marcador del segundo set aparecía un 4-0 a su favor. Para los dos últimos juegos Nadal se tomó un tiempo y necesitó de una segunda bola de partido para solventar la eliminatoria a causa de un brote de amor propio del sueco.
No obstante, Soderling no logró anotar ni un sólo juego en el segundo set y cedió el partido ante un Nadal imperial que mostró sus credenciales para hacerse con el Masters de Roma por cuarta vez.