
CRÓNICA
Desde el pitido inicial, el Real Madrid demostró ir a por todas. Frente al Olympique, Pellegrini optó por un 4-3-3 en el que Xabi Alonso ocupó el puesto de mediocentro más retrasado, con Gago y Guti, que gozó de total libertad en la medular, por delante. Arriba, colocó a Cristiano Ronaldo por la izquierda para aprovechar su posible lanzamiento tras salir del regate hacia dentro, con Kaká entrando en diagonal desde el costado derecho y Benzema como principal referente.
Durante la primera mitad, el equipo madridista fue el encargado de llevar el peso del encuentro. Sólo durante los primeros minutos el Olympique intentó imponer un ritmo de juego rápido y vertical en busca de la velocidad de sus hombres de ataque. A partir de ahí, sólo una gran jugada entre Fernando Morientes y Niang que terminó con un remate cruzado del delantero senegalés puso en aprietos a un Iker Casillas que volvió a dar muestra de unos excepcionales reflejos sacando una mano prodigiosa.
El Real Madrid, por su parte, se hizo progresivamente con el centro del campo y las ocasiones empezaron a llegar de la mano de un Guti muy participativo que enganchó a la perfección con el tridente formado por Kaká, Ronaldo y Benzema. El delantero francés gozó de la más clara de todas ellas con un gran remate de chilena tras control con el pecho que se fue alto por poco, impidiendo que el Real Madrid se marchara con ventaja al descanso.
LLEGA EL VENDAVAL

Pudieron ser más, pero finalmente el resultado fue de 3-0. El Real Madrid volvió a dar frente al Olympique de Marsella muestras de equipo campeón. De esos que cuando ve sangre no se frena, sino que mata a su rival. Con este segundo triunfo, los blancos se sitúan líderes en solitario del Grupo C y suman su séptima victoria consecutiva. El próximo reto, el domingo en el Sánchez Pizjuán y frente al Sevilla.