Qué ganas de escuchar ya el himno; de ver en juego el balón de las estrellas; de disfrutar de duelos únicos que sólo regala Europa; de ver a este Real Madrid con el uniforme de gala... Qué ganas de Champions. Y sobre todo, qué ganas de soñar con esa final histórica que acogerá el Santiago Bernabéu el próximo 22 de mayo. Ha llegado el día del estreno. Por fin se levanta la bandera a una carrera de fondo que incluirá 13 grandes obstáculos antes de poder alzar el ansiado trofeo. Real Madrid y Zúrich cortan la cinta de Europa con un duelo de esos que hay que ganar para ir calentando músculos sobre el asfalto…
Puede que suene a tópico. Quizá lo sea. Pero es cierto. La ilusión es un elemento más de la nueva equipación de este Real Madrid. Se nota en la cara del incombustible Raúl, del racial Casillas, del angelical Kaká, del tímido Benzema, del todo terreno Cristiano, del joven Pirata… Da igual si ya han ganado una Champions, o dos. O ninguna. Todos empiezan de cero. Porque saben que en este Real Madrid sólo vale seguir sumando títulos y conquistas. Este equipo ha comenzado fuerte en el Campeonato Nacional de Liga y quiere hacer lo propio en Champions, donde ansía sacar brillo a su placa de mejor club del siglo XX en Europa.
Y quizá por ahí pasa el mayor peligro de los madridistas. A su incuestionable calidad suman la obligación de volver a colocar al Real Madrid en lo más alto de Europa y las ganas irrefrenables de hacerlo a lo grande. Con una final histórica que esta temporada se juega en casa. Y eso nos lleva al Letzigrund Stadion. 20:45 horas. Dos equipos y un solo himno. El fútbol de toque y ataque que está instaurando Pellegrini se medirá al de un equipo que debuta en la actual Liga de Campeones y cuyo mayor peligro se esconderá en la ilusión, el orgullo y las ganas que pondrá sobre el césped.
Puede que suene a tópico. Quizá lo sea. Pero es cierto. La ilusión es un elemento más de la nueva equipación de este Real Madrid. Se nota en la cara del incombustible Raúl, del racial Casillas, del angelical Kaká, del tímido Benzema, del todo terreno Cristiano, del joven Pirata… Da igual si ya han ganado una Champions, o dos. O ninguna. Todos empiezan de cero. Porque saben que en este Real Madrid sólo vale seguir sumando títulos y conquistas. Este equipo ha comenzado fuerte en el Campeonato Nacional de Liga y quiere hacer lo propio en Champions, donde ansía sacar brillo a su placa de mejor club del siglo XX en Europa.
Y quizá por ahí pasa el mayor peligro de los madridistas. A su incuestionable calidad suman la obligación de volver a colocar al Real Madrid en lo más alto de Europa y las ganas irrefrenables de hacerlo a lo grande. Con una final histórica que esta temporada se juega en casa. Y eso nos lleva al Letzigrund Stadion. 20:45 horas. Dos equipos y un solo himno. El fútbol de toque y ataque que está instaurando Pellegrini se medirá al de un equipo que debuta en la actual Liga de Campeones y cuyo mayor peligro se esconderá en la ilusión, el orgullo y las ganas que pondrá sobre el césped.
No hay comentarios:
Publicar un comentario