El Real Madrid necesitaba ganar en El Madrigal para seguir la senda de la cabeza de la tabla y lo hizo. Fue un partido muy disputado, en el que la entrega es máxima y la concentración de los dos equipos hace que no se pueda ver todo el espectáculo que se desea. Pero también es un partido de los que resultan decisivos a final de temporada, cuando se deciden los títulos. Cristiano Ronaldo en el primer minuto y Kaká en la segunda parte decidieron un encuentro que supone la cuarta victoria en Liga de un Real Madrid que no conoce otro resultado que no sea el triunfo en los cinco partidos oficiales que ha disputado hasta la fecha.
LA CRÓNICA
Frente al Villarreal, Pellegrini se vio obligado a cambiar de planes. Garay, que iba a formar parte del once inicial, se tuvo que retirar lesionado durante el calentamiento y su lugar sobre el terreno de juego fue ocupado por Fernando Gago. El argentino se colocó como mediocentro, pasando a Sergio Ramos al centro de la defensa y a Lass al lateral derecho. También hubo cambios tácticos, pasando del 4-4-2 habitual a un 4-3-3 en el que Granero y Guti escoltaron a Gago, con Cristiano Ronaldo cayendo a la banda izquierda y Kaká haciendo de falso extremo derecho. La apuesta le volvió a salir bien al chileno, que demostró que cuenta con una plantilla de garantías en la que todo aquel que entra al campo cumple como el que más.
No habían pasado ni siquiera dos minutos cuando el Real Madrid volvía a dar muestra de la tremenda pegada que atesora. Lo hizo a través de Cristiano Ronaldo, que se está especializando en goles rápidos -la pasada semana marcó al Xerez con sólo 50 segundos de partido disputado-. El portugués recibió en la izquierda y de espaldas un pase de Sergio Ramos que acababa de recuperar un balón. Tras un perfecto taconazo que le permitió dejar atrás a Ángel, se metió hacia dentro sorteando a un rival más. Y a 25 metros de la portería sacó un durísimo disparo que se colaba pegado al palo derecho y mantenía al ‘9’ madridista en lo más alto de la tabla del Pichichi (empatado a 5 goles con Messi). Calidad, potencia y pegada. Cristiano Ronaldo en estado puro.
Tras el gol, el Villarreal no se arrugó y buscó el empate con empeño. Pero el sistema defensivo madridista no falló en una sola ocasión y las oportunidades no terminaban de ser claras. Los blancos, por su parte, aprovechaban su velocidad para salir a la contra con mucho peligro. Poco a poco, el Real Madrid se iba haciendo con el partido y con las ocasiones, como la que no pudo aprovechar Higuaín en el minuto 22 o la que a punto estuvo de convertir Ronaldo al borde del descanso. El Villarreal, por su parte, no se encontraba cómodo y para colmo perdía a Gonzalo, expulsado por doble amonestación, en el minuto 34.
KAKÁ SE ESTRENA
La segunda mitad gozó de un ritmo muy similar al de la primera. Con mucha lucha en el centro del campo y sin un dominador claro del juego. El Villarreal, en inferioridad numérica, salió con mucha fuerza en busca del empate, pero sin demasiada claridad. Mientras, el Real Madrid intentaba ponerle pausa al partido y esperar la oportunidad de sentenciar. El momento llegó en el minuto 70 de partido, cuando Mejuto González decretó penalti a favor de los blancos por mano de Ángel dentro del área. Kaká fue el encargado de ejecutar con total tranquilidad una pena máxima que supuso el segundo tanto de los madridista y el primero en su cuenta particular esta temporada.
Al final, 0-2 para el Real Madrid y cuarta victoria en cuatro partidos. El Real Madrid superó a un rival fuerte en un campo en el que no sería de extrañar que muchos de sus rivales tropezaran. Ahora, y con los deberes bien hechos, toca poner la mente en la próxima cita, esta vez en el Santiago Bernabéu y frente al Tenerife.
LA CRÓNICA
Frente al Villarreal, Pellegrini se vio obligado a cambiar de planes. Garay, que iba a formar parte del once inicial, se tuvo que retirar lesionado durante el calentamiento y su lugar sobre el terreno de juego fue ocupado por Fernando Gago. El argentino se colocó como mediocentro, pasando a Sergio Ramos al centro de la defensa y a Lass al lateral derecho. También hubo cambios tácticos, pasando del 4-4-2 habitual a un 4-3-3 en el que Granero y Guti escoltaron a Gago, con Cristiano Ronaldo cayendo a la banda izquierda y Kaká haciendo de falso extremo derecho. La apuesta le volvió a salir bien al chileno, que demostró que cuenta con una plantilla de garantías en la que todo aquel que entra al campo cumple como el que más.
No habían pasado ni siquiera dos minutos cuando el Real Madrid volvía a dar muestra de la tremenda pegada que atesora. Lo hizo a través de Cristiano Ronaldo, que se está especializando en goles rápidos -la pasada semana marcó al Xerez con sólo 50 segundos de partido disputado-. El portugués recibió en la izquierda y de espaldas un pase de Sergio Ramos que acababa de recuperar un balón. Tras un perfecto taconazo que le permitió dejar atrás a Ángel, se metió hacia dentro sorteando a un rival más. Y a 25 metros de la portería sacó un durísimo disparo que se colaba pegado al palo derecho y mantenía al ‘9’ madridista en lo más alto de la tabla del Pichichi (empatado a 5 goles con Messi). Calidad, potencia y pegada. Cristiano Ronaldo en estado puro.
Tras el gol, el Villarreal no se arrugó y buscó el empate con empeño. Pero el sistema defensivo madridista no falló en una sola ocasión y las oportunidades no terminaban de ser claras. Los blancos, por su parte, aprovechaban su velocidad para salir a la contra con mucho peligro. Poco a poco, el Real Madrid se iba haciendo con el partido y con las ocasiones, como la que no pudo aprovechar Higuaín en el minuto 22 o la que a punto estuvo de convertir Ronaldo al borde del descanso. El Villarreal, por su parte, no se encontraba cómodo y para colmo perdía a Gonzalo, expulsado por doble amonestación, en el minuto 34.
KAKÁ SE ESTRENA
La segunda mitad gozó de un ritmo muy similar al de la primera. Con mucha lucha en el centro del campo y sin un dominador claro del juego. El Villarreal, en inferioridad numérica, salió con mucha fuerza en busca del empate, pero sin demasiada claridad. Mientras, el Real Madrid intentaba ponerle pausa al partido y esperar la oportunidad de sentenciar. El momento llegó en el minuto 70 de partido, cuando Mejuto González decretó penalti a favor de los blancos por mano de Ángel dentro del área. Kaká fue el encargado de ejecutar con total tranquilidad una pena máxima que supuso el segundo tanto de los madridista y el primero en su cuenta particular esta temporada.
Al final, 0-2 para el Real Madrid y cuarta victoria en cuatro partidos. El Real Madrid superó a un rival fuerte en un campo en el que no sería de extrañar que muchos de sus rivales tropezaran. Ahora, y con los deberes bien hechos, toca poner la mente en la próxima cita, esta vez en el Santiago Bernabéu y frente al Tenerife.
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